Basándose en la escucha del intercambio entre las asistentes a la clase con el docente, se pueden identificar y analizar diversas problemáticas planteadas a través de sus consultas, así como detectar cierta emotividad subjetiva en sus preguntas.
Durante la segunda clase del Curso de actualización "Los consumos problemáticos, la salud mental y el rol del acompañante terapéutico", desarrollada en este encuentro por el presidente de la Asociación Trébol, Joaquín López; las preguntas de las asistentes al docente giran en torno a la necesidad de información precisa para disipar miedos arraigados, la indignación y frustración ante el estigma y la discriminación social e institucional, el dilema personal y profesional de la divulgación del diagnóstico, las barreras en el sistema de salud y el rol del acompañamiento, y la preocupación por las fallas en la educación sexual y la prevención. La emotividad subyacente va desde la simple curiosidad y el deseo de conocimiento hasta el miedo intenso, la ansiedad, la frustración, la empatía y una profunda reflexión ética sobre la responsabilidad individual y colectiva frente al VIH.
Las problemáticas y la emotividad asociada se manifiestan en
las siguientes áreas:
Falta de conocimiento y miedos relacionados con la transmisión y el
diagnóstico del VIH:
Una pregunta recurrente revela la incertidumbre
fundamental sobre cómo saber si se tiene VIH en ausencia de síntomas
visibles. Esta consulta ("¿cómo sé si yo tengo...?") denota una
preocupación personal subyacente y posible miedo ante la posibilidad de una
infección no detectada. La falta de síntomas o la manifestación de síntomas
tardíos contribuyen a esta incertidumbre y a la problemática del diagnóstico
tardío ``.
Existen temores específicos sobre las vías de transmisión,
como a través de transfusiones de sangre (aunque se aclara que hoy es muy
difícil) o el contacto con heridas o sangre . La consulta sobre qué hacer si se
está lastimado cerca de una herida de otra persona refleja ansiedad ante
posibles contactos de riesgo no sexuales. La experiencia personal
compartida sobre el miedo a la transmisión casual con una familiar ("a mí
me daba vergüenza preguntarle si podíamos tomar el mismo vaso",
"tenía también miedo por mi hijo") ilustra vívidamente la profunda
emotividad, ignorancia y estigma que generan estos miedos infundados en la vida
cotidiana.
La pregunta sobre si el VIH aparece al donar sangre sugiere
una problemática de acceso o conocimiento sobre métodos de testeo,
buscando vías alternativas para obtener un diagnóstico, quizás para evitar el
sistema de salud formal debido al estigma o miedo.
El desconocimiento sobre el significado de
"indetectable" subraya la necesidad de aclarar conceptos clave
relacionados con el virus y su tratamiento, lo cual, aunque inicialmente
informativo, la comprensión de que "indetectable no pasa el virus" alivia
miedos asociados a la transmisión por parte de personas en tratamiento
efectivo.
Estigma, Discriminación y Tabúes:
Varias preguntas y comentarios abordan la persistente
problemática del estigma asociado al VIH. Se menciona la estigmatización
hacia personas homosexuales y la dificultad de hablar abiertamente del tema,
incluso después de muchos años.
La comparación explícita entre el estigma del VIH y la
reacción social al COVID-19 ("¿Por qué con el COVID contamos que
estuvimos y no contamos que estuvimos [con VIH]?") refleja frustración y
desconcierto ante la discriminación diferenciada, donde el VIH activa un
"cartel en el frente" y un tabú ligado al sexo ("activas, o sea,
por sexo, entonces con quién te habrás acostado").
La problemática de la discriminación se extiende a ámbitos
institucionales: en el sistema de salud, donde los pacientes con VIH pueden
ser tratados de forma diferente o con materiales desechables, y en el ámbito
laboral/profesional. La pregunta sobre si un acompañante terapéutico puede
negarse a trabajar con un paciente con VIH pone de manifiesto la persistencia
del miedo y la discriminación a nivel profesional, cuestionando la ética y la
propia capacidad para manejar la situación por miedo al contagio personal o
familiar.
La dificultad de hablar de sexualidad en familias y
escuelas es otra problemática relacionada con el tabú, que las asistentes
identifican como un obstáculo para la educación y prevención. La pregunta sobre
por qué no se hacen más cursos de sexualidad denota una preocupación y un
llamado a la acción para abordar esta carencia.
Dilemas de Divulgación del Diagnóstico:
Surge la compleja problemática de si una persona con VIH
debe o no revelar su diagnóstico a parejas sexuales, especialmente en
encuentros casuales. La pregunta "¿cómo hago?" ante la dificultad de
informar a una pareja casual revela el conflicto interno, la incertidumbre
ética y el miedo al rechazo o la confrontación en estas situaciones.
Se debate la tensión entre la obligación moral de
informar y el derecho legal a la confidencialidad. La pregunta explícita
"¿Qué pesa más? ¿Lo moral o lo legal?" refleja la profunda
reflexión ética que esta situación genera en las asistentes, buscando
entender qué guía la decisión de las personas con VIH respecto a la divulgación
``.
Relacionado con esto, la problemática de la falta de
divulgación por parte de terceros (familiares de pacientes) hacia los
profesionales (acompañantes terapéuticos) provoca miedo, ansiedad y un
sentimiento de vulnerabilidad en los profesionales, al exponerse sin saber
el estado serológico del paciente.
Problemáticas del Sistema de Salud y el Acompañamiento Terapéutico:
Las preguntas también señalan deficiencias y barreras en
el acceso a la atención y el apoyo. Se menciona la dificultad en la
autorización de acompañamientos terapéuticos por parte de las obras
sociales, especialmente para problemas de salud mental (depresión, ansiedad) o
para adultos mayores que no están postrados. Esto refleja frustración
con las limitaciones burocráticas y la falta de reconocimiento de la
importancia del acompañamiento para el bienestar emocional.
Surge la problemática de la resistencia institucional a
aceptar acompañantes terapéuticos en ámbitos como las escuelas. Las
preguntas sobre por qué algunos directores se niegan y las demandas de
documentación no estándar expresan confusión y frustración ante la falta
de claridad y la arbitrariedad en las políticas institucionales, limitando el
campo laboral y el apoyo a los pacientes.
Se critica la falta de sensibilización y capacitación
específica sobre VIH para el personal de salud, como enfermeros. La
pregunta sobre por qué no se les capacita de una sola vez sugiere una
percepción de negligencia sistémica.
Las anécdotas sobre el trato diferenciado y la derivación de
pacientes con VIH en hospitales reflejan la problemática de la discriminación
institucional y la sectorización de la atención, donde a veces prima el
"sacarse el gasto" sobre la atención integral, generando indignación
implícita por el abandono de persona ``.
Prevención, Educación y Comportamientos de Riesgo:
Una problemática central es la falta de uso de
preservativos, especialmente en la juventud. Las preguntas sobre los
motivos ("¿por qué no usa?", "¿por qué es incómodo?") reflejan
preocupación por el aumento de infecciones. La mención de la barrera
económica ("¿Quién... tiene 3000 pesos?") añade una dimensión de
empatía al problema, señalando una dificultad práctica para el acceso a la
prevención.
El aumento de otras infecciones de transmisión sexual
(ITS) como la sífilis y el HPV se identifica como una problemática
preocupante, ligada a la falta de protección y que a su vez aumenta el riesgo
de transmisión del VIH.
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