En la Argentina, la pobreza ha sido históricamente un fenómeno asociado a las clases populares, aquellas que habitan en villas, barrios marginales y zonas periféricas de las grandes ciudades. Sin embargo, en los últimos quince años (desde 2015 aproximadamente), el proceso de pauperización de las clases medias ha reconfigurado el mapa social, económico y cultural del país.
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Fuente: IA Generativa Firefly Adobe |
Este fenómeno no solo ha ampliado la base de la pobreza, sino que también ha generado nuevas dinámicas en la forma en que se experimenta y se percibe la exclusión social. Exploramos aquí cómo se reexpresa la pobreza en las clases populares y en las clases medias en el contexto actual, y se concluirá si se trata de una pobreza estructural o de un fenómeno coyuntural.
La Pobreza Estructural en las Clases
Populares
La pobreza en las
clases populares argentinas tiene un carácter estructural, es decir, está
profundamente arraigada en las condiciones socioeconómicas y políticas que
históricamente han marginado a estos sectores. Según datos del INDEC, el 40% de
la población argentina vive en condiciones de pobreza, y dentro de este
porcentaje, las clases populares son las más afectadas. La falta de acceso a
empleo formal, vivienda digna, educación de calidad y servicios básicos como
agua potable y electricidad son indicadores claros de esta pobreza estructural.
En estos contextos, el
consumo problemático de sustancias se convierte en un fenómeno exacerbado por
la falta de redes de apoyo y oportunidades de desarrollo. Las familias de las
clases populares suelen estar fragmentadas, con altos índices de separación
parental y violencia doméstica, lo que agrava los conflictos identitarios de
los jóvenes. La ausencia de políticas públicas efectivas que aborden estas
problemáticas desde una perspectiva integral perpetúa el ciclo de pobreza y
exclusión.
La Pauperización de las Clases
Medias: ¿Hacia una Pobreza Estructural?
En los últimos quince
años, las clases medias argentinas han experimentado un proceso de
pauperización acelerado, producto de la inflación, la devaluación de la moneda,
la pérdida de poder adquisitivo y el aumento del desempleo. Según un informe de
la Universidad Católica Argentina (UCA), el 30% de las familias de clase media
han caído en la pobreza en la última década. Este fenómeno ha generado una
nueva categoría social: la "clase media empobrecida", que, aunque
conserva ciertos rasgos culturales y simbólicos de su origen, enfrenta
dificultades económicas similares a las de las clases populares.
Sin embargo, a
diferencia de la pobreza estructural de las clases populares, la pauperización
de las clases medias tiene un carácter más coyuntural, aunque con tendencias a
consolidarse como estructural si no se revierten las condiciones económicas
actuales. Las clases medias empobrecidas aún cuentan con ciertos recursos, como
redes sociales más amplias, acceso a educación y salud privada, y capital
cultural, que les permiten amortiguar en parte los efectos de la pobreza. No
obstante, la falta de políticas económicas que fomenten la recuperación del
empleo y el poder adquisitivo podría llevar a que esta pauperización se
convierta en un fenómeno estructural.
Reexpresión de la Pobreza en Clases
Populares y Medias
En el contexto actual
de Argentina, la pobreza se reexpresa de manera diferenciada en las clases
populares y las clases medias. Para las clases populares, la pobreza sigue
siendo un fenómeno estructural, con altos niveles de exclusión social, falta de
acceso a servicios básicos y escasas oportunidades de movilidad social. En
estas comunidades, el consumo problemático de sustancias, la violencia
doméstica y la fragmentación familiar son problemas crónicos que requieren
políticas públicas específicas y de largo plazo.
Por otro lado, en las
clases medias empobrecidas, la pobreza se manifiesta de manera más reciente y
con características distintas. Aunque enfrentan dificultades económicas, estas
familias aún conservan ciertos recursos y redes de apoyo que les permiten mantener
un nivel de vida relativamente estable. Sin embargo, la falta de acceso a
empleos bien remunerados, el aumento de los costos de vida y la inflación están
erosionando rápidamente estos recursos, llevando a muchas familias de clase
media a situaciones de vulnerabilidad extrema.
¿Pobreza Estructural o Coyuntural?
La pregunta central es
si la pobreza en Argentina, tanto en las clases populares como en las clases
medias, puede considerarse estructural o coyuntural. En el caso de las clases
populares, no hay duda de que se trata de una pobreza estructural, arraigada en
décadas de exclusión social y falta de inversión en políticas públicas que
promuevan la inclusión y el desarrollo.
En cuanto a las clases
medias, la situación es más compleja. Si bien la pauperización actual tiene un
carácter coyuntural, producto de la crisis económica reciente, existe el riesgo
de que se convierta en un fenómeno estructural si no se implementan políticas
económicas y sociales que reviertan esta tendencia. La falta de empleo formal,
la precarización laboral y el aumento de la inflación son factores que, de no
ser abordados, podrían consolidar la pobreza en las clases medias como un
problema estructural.
¿Hacia donde caminar?
En Argentina, la
pobreza es un fenómeno que afecta tanto a las clases populares como a las
clases medias, aunque de maneras distintas. Para las clases populares, se trata
de una pobreza estructural, arraigada en décadas de exclusión y falta de
oportunidades. En cambio, para las clases medias, la pauperización es un
fenómeno más reciente y de carácter coyuntural, aunque con tendencias a
consolidarse como estructural si no se revierten las condiciones económicas
actuales.
La reexpresión de la
pobreza en ambos sectores sociales demanda políticas públicas diferenciadas y
de largo plazo. Para las clases populares, es urgente implementar programas de
inclusión social, acceso a servicios básicos y oportunidades de empleo formal.
Para las clases medias, se requieren políticas económicas que fomenten la
recuperación del poder adquisitivo, el acceso a empleos bien remunerados y la
estabilidad financiera.
En Argentina es un
fenómeno multidimensional que requiere un abordaje integral, tanto para las
clases populares como para las clases medias empobrecidas. Solo a través de
políticas públicas efectivas y sostenidas en el tiempo se podrá revertir esta
tendencia y construir una sociedad más justa e inclusiva.
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